A 137 kilómetros de
la ciudad de Buenos Aires, un lugar por donde alguna vez pasaron 17 trenes por
día; hoy tiene más de
ciento treinta habitantes y
muchos recuerdos. Este pueblo que
pertenece a la municipalidad Carmen de Areco tiene unas cuantas casas y cuenta
con un almacén de ramos generales, bar, una iglesia, una pequeña y coqueta
plaza (Plaza San Martín), y un tramo de calle asfaltada. La estación fue
transformada en restaurante. En la plaza San Martín, las sillas
pintadas color pastel y los troncos de los árboles de blanco, custodian los
antiguos juegos que aún hoy utilizan los chicos, frente a la capilla San Agustín, de 1963. El bar Gouin
luce sus carteles turísticos con orgullo. Nacido en 1940, hoy
con antiguas aberturas y paredes de ladrillo a la vista, paran sus habitantes
cuando se cansan del Almacén de Ramos Generales de
los hermanos Colera que, a pesar de su nombre, sonríen al turista que quiera
comprar un sándwich, un vaso de vino o un recuerdo.
