jueves, 31 de octubre de 2013

Folklore Bonaerense

Danzas clásicas del folclore argentino
En 1583 muere don Juan de Garay, apenas tres años después de fundada Buenos Aires, y los criollos exigen que se elija Gobernador, levantando la candidatura de uno de ellos. Los españoles, que son minoría resisten, ganan tiempo, hasta que llega de Asunción Rodrigo Ortiz Zárate, español, con sesenta hombres armados, y recién entonces se hace la elección, en medio de protestas y tumultos, resultando electo Gobernador el mismo Ortiz de Zárate, al amparo de las espadas y las lanzas de su gente armada. Consecuencia de todo ello es el distanciamiento definitivo de criollos y españoles. Los criollos, colocados en plano social inferior, se alejan hacia el campo; se internan en la pampa y el criollismo al nacer, toma una fisonomía propia; llena su mente de una reivindicación social; impregna su alma de melancolía por la injusticia de que es objeto, y sus manifestaciones exteriores: el traje, el canto, la música y el baile, toman carácter propio diferenciándose del resto, fundamentalmente de las expresiones españolas, más alegres y bulliciosas.  Y así nace el folklore bonaerense, tan particular y único en nuestro país, porque se creó divorciado del español, entre el sufrimiento y la melancolía. Con esas disimilitudes la música, las danzas y la comida de nuestro Buenos Aires fue tomando su color particular, y nos brinda, hoy en día, ese vasto abanico de colores, inconfundible en todo el mundo. 


Los chanchos de Vigodet 

Los chanchos que Vigodet
ha encerrado en su
chiquero
marchan al son de una
gaita
echando al hombro un
fungeiro.
 Cielito de los gallegos
¡ay!, cielito del
dios Baco
que salgan al
campo limpio
y verán lo que es
tabaco.
Vigodet en su corral
se encerró con sus
gallegos,
y temiendo que lo pialen
se anda haciendo el
chancho rengo.
 Cielo de los mancarrones
¡ay!, cielo de los potrillos
ya brincarán cuando sientan
las espuelas y el lomillo.

En
1811 Artigas produce el primer Sitio a Montevideo. Quienes forman el grueso de este ejército rebelde, son: hombres negros esclavos que ven en la revolución una manera de escapar a sus amos, gente perseguida por la ley, contrabandistas y nativo americanos semieuroperizados. El poeta rioplatense Bartolomé Hidalgo es absorbido por esa masa popular eufórica y en armas; el funcionario público se transforma en gaucho, y su arte también. Comienza a producir cielitos militantes, atrevidos y desnudos de todo vuelo poético.


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